Solo
tenía 6 años y me habían cambiado de colegio, ya que tuve malas y horribles
experiencias; como golpes, de parte de los profesores e insultos como también
golpes de parte de mis “buenos compañeros” si se podría decir.
Entonces
ya en el nuevo colegio conocí amigas que “valían la pena”, pero no fue así,
después de 7 largos años de “amistad”, supe que me utilizaban para facilitarles
el día y como yo era inocente las defendía de cada problema q tenían, las hacia
sonreír cuando estaban tristes y me hacia el “payaso” para que su día fuera
excelente, siempre estaba ahí en las buenas y en las malas, pero no, todo fue
una mentira, toda esa amistas era una ilusión que detrás de ellas yo era una
marioneta y ellas manipulaban las cuerdas como deseaban. Aunque las haya
ayudado solo era el payaso sonriente con lágrimas en sus ojos, ya que a mí me
importaban mucho ellas, así que no quise que ellas estén tristes, por ello opte
por llorar e silencio, pero como siempre sonreír por fuera.
En
el momento que “abrí los ojos” sentí que todo fue un engaño, como dicen las rosas son hermosas por arriba, pero
siempre tienen espinas abajo las cuales dañan.
En
eso todo se volvió negro, solo estaba yo, entonces de la nada mis compañeros
aparecían, riéndose de mí, me señalaban e insultaban, algunos hasta vinieron
hacia mí y comenzaron a golpearme; yo lloraba y pedía que se detengan, hasta
que aparecieron mis “amigas”, veía como sus sonrisas eran totalmente macabras y
terroríficas; yo solo gritaba y pedía ayuda a quien sea, para que alguien me
“salve” pero sabía que si lo hacia iba a ser inútil de todas formas y me tire
al suelo a llorar para que tengan piedad de mí, tenía miedo, rencor, odio,
tristeza, todos esos sentimientos se mesclaban en mi cabeza no sabía cómo
pararlos.
En
eso ellas comenzaron a acercarse y a jalarme mis cabellos yo quería hacer algo
pero tenía miedo de hacerles daño, tanto como causa del shock el cual me hacía
quedarme estática y solo llorar.
Después
de eso comenzaron a golpearme otros a hacerme cortes, pero lo que me hacía más
daño era que eran mis “amigas”; en eso recordé lo que había pasado tiempo atrás
con mis compañeros a los 6 años. Una de ellas dijo unas palabras la cuales
hicieron erizar mi piel y comenzar a desesperarme – Acaso no te gusto nuestro
juego – y todas después de eso desaparecieron.
Solo
estaba yo, en frente de un espejo; la cual divise que mi rostro estaba cubierto
con una máscara, la cual tenía una sonrisa de felicidad, ojos negros sin
expresión y de ellos salían unas lágrimas de sangre muy bien definidas, después
de ver mi rostro con la máscara, me examine el cuerpo el cual tenía moretones
de los golpes, cortes del cual salían sangre,
tenía mi ropa algo sucia y rotosa. Después me mire al espejo y sonreí
debajo de la máscara, aun con lágrimas en mis ojos la cuales no se podían ver por
qué se encontraban debajo de la máscara.
Desperté
y me encontraba sudando frio, tanto como mi corazón el cual no dejaba de
palpitar rápido.

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